Consulta Popular sobre armas moviliza a más de 60 países

El próximo miércoles (16), Amnistía Internacional, en cooperación con la Campaña Armas Bajo Control, realizará un debate sobre "Consulta Popular sobre el Tratado Internacional de Armas". El evento es parte de las discusiones, que desde el comienzo de este año, vienen siendo realizadas en todo el mundo para la elaboración de un Tratado Internacional que sea efectivo y realmente proteja a la población contra la violencia armada. En Chile, la población puede dar su opinión en la página de Amnistía Internacional de Chile ubicada en la dirección electrónica: http://www.amnistia.cl

En diciembre de 2006, en la Asamblea General de la ONU, 153 países aprobaron una resolución para comenzar la elaboración del Tratado Internacional de Comercio de Armas (TCA) legalmente vinculante y que regule las transferencias internacionales de armas convencionales. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió a todos los gobiernos que durante 2007 presenten sus opiniones sobre el contenido del tratado. La Consulta Popular Mundial servirá de base para que los gobiernos aporten propuestas que contengan la voluntad del pueblo. En cada uno de los más de 60 países que hicieron, o harán, una Consulta Popular se realizará un informe que será entregado a los líderes mundiales en octubre en la sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

La consulta popular posibilitará que los ciudadanos afectados por el comercio de armas digan lo que debe contener el Tratado. El temor de la sociedad civil organizada de esos países es que el Tratado "no sirva realmente para salvar vidas". Para la organización Armas Bajo Control, la presión mundial de más de un millón de personas es fundamental para que no se consienta un tratado ineficaz. Mary Robinson, presidente de honor de Oxfam Internacional y Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, defendió la iniciativa de la Consulta Alternativa y dijo que "la venta irresponsable de armas es una tragedia a escala mundial que requiere una solución a escala global".

Para Joseph Dube, portavoz de la campaña: "Existe un peligro muy real de que los gobiernos más escépticos, como el de Estados Unidos, intenten atenuar el tratado haciendo que sea débil e ineficiente para salvar vidas. Las personas que apoyan este tratado, más de un millón en todo el mundo, no permitirán que ello ocurra".

Desde 2003, la campaña Armas Bajo Control trabaja por la elaboración de un Tratado Internacional de Armas que ponga fin a las transferencias de armas que son utilizadas para cometer graves violaciones a los derechos humanos, o al derecho internacional humanitario; las transferencias de armas que debiliten el desarrollo sustentable y que pongan en peligro las seguridades regionales. Cada día más de mil personas mueren en todo el mundo como consecuencia de la violencia armada. Otras miles son violadas, sufren lesiones o son obligadas a abandonar sus hogares. Toda esa violencia está agravada por la falta de regulación del comercio internacional de armas.

Para los chilenos que participan de la Consulta Popular, el Tratado debería: cubrir todas las armas convencionales, partes, componentes, munición, equipo de seguridad y bienes de uso doble; regular las importaciones, exportaciones, tránsito, transporte y licencias de producción; y cubrir estado-a-estado, estado-a-sector privado y toda transferencia comercial (venta, alquiler, préstamos o regalos y cualquier tipo de transferencia de bienes materiales o de crédito o de pericias).

En Brasil, la consulta fue realizada en los meses de marzo y abril por el Instituto Soy de la Paz y organizaciones de la Red Desarma Brasil. Fueron entrevistados grupos representativos de la sociedad, en San Pablo, Salvador, Porto Alegre, Brasilia y Belem. Como resultado de las consultas fue redactado un informe, entregado a Itamaraty el día 23 de abril, para que el gobierno brasilero de hecho sea el portavoz de los anhelos de la población en relación con el Tratado. Itamaraty, igual que todos los Ministerios de Relaciones Exteriores, deberá entregar al Secretario General de la ONU un parecer sobre este Tratado.

Las principales propuestas de los brasileros fueron: inclusión de municiones en el texto final; abolición de las exportaciones de armas hacia países en guerra o con conflictos civiles internos; creación de un banco de datos mundial con el registro de las armas y municiones; prohibición de venta de armas a individuos sin relación con los gobiernos; mayor control y fiscalización sobre transporte y reexportación (exportación búmeran); y garantía de que un país sólo importe armas cuando pueda garantizar que las mismas no llegarán a las manos de grupos que puedan victimar a personas inocentes, como el crimen organizado y fuerzas represivas.

Además de Brasil, ya concretaron sus consultas Burundi, Burkina Faso, Canadá, Francia, India, Kenia, Filipinas, África del Sur, Tailandia y Uganda.