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Amnesty International

Israel y los Territorios Palestinos Ocupados Soportando la ocupación: la población palestina, bajo sitio en Cisjordania

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Khaled Daud Faqih contaba sólo seis meses de edad cuando murió, el 8 de marzo de 2007, en un control de seguridad del ejército israelí. Sus padres, de la localidad de Kafr ‘Ain, lo llevaban a toda prisa al cercano hospital de Ramallah, Cisjordania, pero soldados israelíes los obligaron a esperar en el control de seguridad. Su padre, Daud, profesor, relató a Amnistía Internacional:

Mi hijo Khaled tenía dificultades respiratorias. Llamé a un vecino que tenía coche y, con mi esposa y el niño, salimos inmediatamente hacia el hospital de Ramallah. Era más rápido que esperar hasta que una ambulancia llegara al pueblo. Estaban a punto de dar las doce y media de la noche. En otras ocasiones en que Khaled había tenido ataques similares, lo habíamos llevado al hospital, donde lo metían en la tienda de oxígeno, y siempre se recuperaba.

Llegamos al control de seguridad de Atara a la una menos cuarto de la madrugada. Desde allí, faltaban 10 minutos más para llegar al hospital. Los soldados nos detuvieron. Había cinco. Les dije que mi hijo estaba enfermo, y que necesitaba llegar urgentemente al hospital de Ramallah. Les hablé en hebreo. Nos pidieron nuestros documentos de identidad. El conductor y yo les dimos los nuestros, pero mi esposa, al salir deprisa, había olvidado el suyo en casa. Se lo comunicamos a los soldados, pero ellos nos respondieron que no podíamos pasar sin su documento de identidad. Les rogué que nos dejaran pasar. Inspeccionaron el coche, y vieron que no había nada y que el niño tenía dificultades para respirar y que le temblaban las extremidades. Les dije que cada minuto, cada segundo, era importante; que el niño necesitaba oxígeno urgentemente. Nos ordenaron esperar, y yo seguí suplicándoles. Luego, el niño murió. Eran la una y cinco de la madrugada. Se lo dije a los soldados, que introdujeron una linterna en el coche y vieron que ya no se movía. Entonces nos dejaron pasar. Fuimos al hospital de todos modos, donde nos confirmaron que Khaled había muerto.

Estos casos no son nuevos ni infrecuentes. Los cientos de controles de seguridad y bloqueos que fuerzan a diario a la población palestina a dar largos rodeos y sufrir retrasos para llegar al trabajo, la escuela o el hospital, llevan años limitando su acceso a servicios de salud esenciales y provocando complicaciones médicas, partos e incluso muertes en los mismos controles de seguridad.

Cisjordania, el territorio objeto de este informe, es relativamente pequeña: 130 kilómetros de norte a sur y 65 de este a oeste por la zona más ancha; en total, 5.600 kilómetros cuadrados. Una red de controles de seguridad y bloqueos militares israelíes (unos 550) la atraviesa, y una tortuosa valla/muro de 700 kilómetros la recorre de norte a sur y rodea localidades palestinas y barrios enteros de Jerusalén Oriental y los alrededores.

Las autoridades israelíes sostienen que este régimen de clausuras y restricciones es necesario para impedir que entren en Israel palestinos para perpetrar atentados suicidas con bomba o ataques de otro tipo. Sin embargo, casi todos los controles de seguridad, puertas de acceso y bloqueos de carreteras, además de la mayor parte de la valla/muro, se encuentran dentro de Cisjordania, no entre Israel y Cisjordania. De esta manera, se restringe o impide la circulación de la población palestina entre ciudades y pueblos; se dividen y aíslan comunidades palestinas; se separa a los palestinos de sus tierras de cultivo; se dificulta su acceso al trabajo, a las escuelas, a los centros de salud y a sus familiares, y se destruye la economía palestina. La valla/muro en sí, situada dentro de territorio ocupado, es ilegal, según la Corte Internacional de Justicia.

Las rigurosas restricciones a la circulación impuestas durante años a más de dos millones de palestinos que viven en Cisjordania por las autoridades israelíes son ilegales, ya que son desproporcionadas y discriminatorias y violan el derecho a la libertad de circulación. Estas restricciones se imponen a todos los palestinos por el hecho de ser palestinos, con el fin de beneficiar a los colonos israelíes, cuya presencia en la Cisjordania ocupada constituye una violación del derecho internacional. Deben levantarse ya.

Fecha de publicación : 20 de junio de 2007

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