Ultrapobres, o la infravida

Las estrategias de asistencia deben reformularse para que una creciente marea de riqueza planetaria llegue a los más pobres, pues el mero aumento de la producción no alcanza por sí solo, según el Instituto Internacional de Investigación en Políticas Alimentarias (Ifpri).

Los países en desarrollo elevaron a grandes cantidades de sus habitantes por encima de la línea de pobreza definida por la comunidad internacional, de un dólar por día.

Pero pocos de los denominados "ultrapobres" —162 millones de personas que viven con menos de 50 centavos al día— se beneficiaron, y en algunas regiones la cantidad aumentó, según un informe del Ifpri.

Las conclusiones, basadas sobre entrevistas de hogares realizados en 20 países en desarrollo, constituyen un llamado de atención para el sistema internacional de asistencia y los gobiernos nacionales, advirtió la institución.

"El progreso desigualmente lento en llegar a las personas que viven en la ultrapobreza muestra claramente que los negocios como de costumbre no son suficientemente buenos", dijo Ruth Vargas Hill, coautora del informe.

La organización de expertos urgió a los funcionarios dedicados a la asistencia a confeccionar esfuerzos contra la pobreza para ajustarse a las necesidades específicas de los ultrapobres.

Las iniciativas necesarias incluyen capacitación básica en lectura y escritura, matemáticas y otras habilidades requeridas para usar microcréditos, lo que ha ayudado a muchos pobres pero sigue estando más allá del alcance de los que están en peor situación, dijo Akhter Ahmed, principal autor del informe presentado el martes.

Las políticas que marginan a ciudadanos según su condición étnica o religiosa también deben ser abolidas. El informe señala que los más pobres proceden, en cantidades abrumadoras, de alguna minoría. O, en el caso de India, de comunidades de la casta más baja.

Ubicados en la periferia económica, los ultrapobres son tantos que, si se los reuniera en un solo país, sería el séptimo más poblado, después de China, India, Estados Unidos, Indonesia, Brasil y Pakistán.

Este país sería mayoritariamente rural y carecería de carreteras que conectaran las aldeas con los pueblos que tengan mercados ambulantes. Estaría casi completamente poblado por marginados que no sabrían ni leer, ni escribir, ni contar, cuya fortaleza y resistencia física se vería menguada por la malnutrición.

En total, unos 969 millones de personas —casi un sexto de toda la población— están debajo de la línea de pobreza de un dólar por día. La mitad de ellos viven con al menos 75 centavos por día y alrededor de un tercio, con entre 50 y 75 centavos. Los ultrapobres constituyen 17 por ciento de los pobres.

África subsahariana alberga a 121 millones, o tres cuartas partes de los ultrapobres. Los escasos avances en la reducción de la pobreza, combinados con un rápido crecimiento demográfico, elevaron la cantidad de personas en cada categoría, señala el informe "Los más desposeídos del mundo".

Nigeria representa entre 21 y 30 por ciento de los ultrapobres de África y sus números crecieron entre 1990 y 2004, indicaron los investigadores.

La ultrapobreza creció en América Latina y el Caribe, alcanzando a unos 12 millones de personas, siete por ciento del total mundial.

Haití, Brasil y México son hogar de las poblaciones pobres más grandes de la región. En Venezuela, la cantidad de ultrapobres creció de casi cero a más de dos millones entre 1990 y 2004.

En Asia oriental y el Pacífico residen 8,8 millones de ultrapobres, o cinco por ciento del total mundial. El rápido crecimiento económico en toda la región benefició a las tres categorías de pobres casi por igual. China, con 70 por ciento de la pobreza de la región, lideró la salida de la pobreza.

Casi 20 millones de ultrapobres, 12 por ciento del total, viven en Asia austral. En 1990, las dos regiones asiáticas tenían la misma cantidad de personas viviendo con menos de un dólar por día, según el Ifpri.

Para 2004, Asia oriental y del Pacífico habían sacado de la pobreza a 307 millones de personas. Asia austral se las arregló para mejorar la situación de apenas 33 millones.

"Se necesita de modo urgente una acción renovada y diferente para mejorar los medios de vida de los más pobres del mundo", dijo Joachim von Braun, director general del Ifpri.

Las medidas existentes para promover el crecimiento de los ingresos necesitan ser reforzadas con medidas que reduzcan el riesgo y los costos en que incurren los ultrapobres en la vida cotidiana, y que los marginan de las oportunidades económicas.

"Simplemente centrarse en el crecimiento no será suficiente", agregó Von Braun.

Los investigadores dieron la bienvenida a los recientes compromisos, principalmente por parte del Banco Mundial, para promover un crecimiento "inclusivo" y una revitalización agrícola.

Pero advirtieron que los ultrapobres necesitarán redes de seguridad social, mejor nutrición, seguros agrícolas asequibles, capacitación básica, instrucción y apoyo para ayudarlos a colocar al menos algunos de sus productos en el mercado, y brindarles una infraestructura que los conecte a los centros locales del comercio.

Exitosos experimentos con contratos de seguros basados en la comunidad —que proveen a los agricultores de descuentos grupales no disponibles para postulantes individuales— en Etiopía y Siria deberían ser llevados mucho más lejos, dijo Von Braun.

La necesidad de seguros aumenta a medida que el cambio climático empeora, exponiendo a los agricultores a un riesgo intensificado de fracaso de los cultivos y de calamidades ambientales, agregó.

Ahmed, de Bangladesh, dijo que la experiencia en su país, pionero en microcréditos, mostró que "las microfinanzas tienen que ver con administrar un negocio, pero los más pobres no tienen acceso o terminan usando la mayor parte de ellas para consumo, así que necesitan que los habiliten a usarlas mediante el desarrollo de habilidades", capacitándolos para leer, escribir y hacer cuentas.

También podría exigirse una reforma agraria. La mayoría de los más pobres de Asia no poseen tierras, dijo Ahmed, no así en África subsahariana. Sin embargo, la calidad de la que tienen los más pobres de África no es suficientemente productiva. Leer